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Hola Juan. Estoy muy preocupada por mi hija de 8 años.
Desde hace unos años lleva teniendo malos comportamientos, es muy rebelde.
Pero desde hace unos meses para acá veo que me trata muy mal, me insulta y me pega, tanto en casa, como por la calle o cuando la recojo en el colegio.
Este comportamiento también lo tiene con la abuela y sus primas. Ya no sé qué hacer, se está poniendo muy rebelde y todavía es pequeña.
Carolina (Madrid).
NUESTRO TERAPEUTA RESPONDE:
Hola Carolina, vaya situación tan desagradable estás viviendo.
Hay numerosas razones por las que tu hija pueda estar comportándose así contigo y tu familia. Para descartar ciertas conductas más preocupantes te aconsejo que sigas ciertos pasos.
Lo primero que debes entender es que en la edad que atraviesa tu hija, ya va siendo consciente de su autonomía y cuando no consiguen lo que quiere, aparecen los berrinches y las pataletas, algo que es completamente normal y que le ayuda a diferenciarse de ti.
A pesar de estos comportamientos, has de evitar catalogarla como mala, trasta, o rebelde. Como le pongas una etiqueta, ella seguirá esta etiqueta que la marcas, hará lo que se espera de ella. Debes mostrarla que crees en ella, si se esfuerza, puede conseguir lo que ella quiera. Debemos transmitirla esa confianza.
Cuando tenga este tipo de comportamientos y conductas ha de recibir una respuesta por parte de los adultos, ya seas tú o cualquier miembro de tu familia, si tú no estás y está a su cargo. Tu hija debe aprender que detrás de cualquier acto, ha de venir una consecuencia.
A veces los niños más rebeldes tienen en realidad una gran sobredosis de energía y creatividad que necesitan expresar de algún modo. Como no ven la manera de hacerlo, tienden a portarse mal y a quebrar las reglas que ven a su alrededor. Apuesta con ella por actividades deportivas y/o de creatividad mental.
Carolina, si con estas pautas no encuentras la solución ante la rebeldía de tu hija, has de pedir el consejo o consulta con un terapeuta familiar especializado, que puede ayudarte como madre a tener los recursos y herramientas para enfrentarte a este problema.
Buenas tardes, Juan. Mi nombre es Josefa y tengo una nieta de 6 años. Con esto de la pandemia los padres se han puesto a trabajar y ahora yo la cuido por las tardes y no sé muy bien que hacer con ella.
En las comidas y el baño la ayudo, pero como no tiene deberes, no sé qué hacer con ella por las tardes.
Sus padres me dicen que la deje ver la tele, pero no me parece bien que este toda la tarde ahí y en el parque, si llueve, no podemos salir. ¿Me podría aconsejar alguna actividad que hacer con ella?
Josefa (Barcelona).
NUESTRO TERAPEUTA RESPONDE:
Hola Josefa. Muchas, gracias por escribirnos, es un placer poder contestar a una abuela tan entregada a su familia y a la educación de su nieta.
Veamos algunos consejos para abuelos y abuelas que hay que tener en cuenta.
Para tu nieta, estar contigo durante la infancia tiene múltiples beneficios. No solo le puedes transmitir tu sabiduría y experiencia, sino que también les aportas la tranquilidad y estabilidad que en ocasiones los padres ahora no pueden darle. Además, para ti también es enriquecedor al estar en contacto directo con ella.
Lo primero que has de pensar es que para ella todo es parece nuevo y sin duda será un motivo de orgullo que puedas abrirte y contarla todas esas historias donde puedas transmitirla una enseñanza. Así que, siéntete libre.
Te animo a que la enseñes esos juegos a los que jugabas en tu infancia. Con esto no solamente vas a volver a tu niñez, sino que vas a jugar a juegos de todo tipo, en los que tendrás que manejar tu mente. Haz puzles, juega con ella a juegos de mesa, a las cartas o juegos simbólicos en los que la niña pueda empezar a interpretar un papel y demostrar su personalidad.
Aprovecha estos momentos tan bonitos en los que te estás ocupando de su educación para poder hablarla sobre el respeto, el cuidado por la naturaleza o el servicio a los demás. Lo que se aprenda de pequeña acaba siendo algo que marcará su personalidad.
Josefa, como bien sabes, la comunicación es la madre de cualquier relación, se firme a la hora de educarla, pero también amable y cercana. Eso, tu nieta, lo va a valorar mucho. Un saludo y disfruta de ella y vuestro tiempo juntas.
Hola Juan. Mi nombre es Miguel. Llevo tres años con mi pareja y he descubierto que me miente en varias cosas y no sé qué pensar.
Por un lado, no creo que sea grave, pero claro. Por ejemplo, cuando queda con su madre, le pregunto donde ha ido y me dice que ha salido tarde del trabajo y luego sé que han estado juntas. No lo entiendo porque su madre y yo nos llevamos bien. O, a veces, cuando sale de compras le pregunto que se ha comprado y me dice un vestido y luego veo que han sido más cosas.
No entiendo a que vienen estas mentiras, si es que no confía en mí o porque puede ser. ¿Me estará engañando con otro? Miguel (Reus).
NUESTRO TERAPEUTA RESPONDE:
Hola Miguel. Gracias por escribirnos y contarnos esta situación que estás viviendo.
Yo me plantearía dos preguntas ¿Qué le ha llevado a cometer esa mentira? Y: ¿Cuál es su alcance?
En estas circunstancias, nuestro primer paso es valorar el por qué tu pareja ha recurrido a esa mentira y su alcance. Después, debemos valorar si podemos tolerar y manejar esa situación y si merece una nueva oportunidad.
Las personas que mienten con frecuencia suelen hacerlo para evitar o huir del conflicto, sienten un malestar elevado consigo mismos, sienten que su pareja tiene el control y que su única forma de mantener su identidad, es a través de la mentira.
En este punto se me ocurren dos alternativas. Una de ellas es que tu pareja se sienta atrapada en la relación y que la única manera de tomar aire a la misma sea con estas mentiras que no llevan a nada. La otra es una baja autoestima, un comportamiento infantil que no se ha erradicado de su niñez y adolescencia y te vea como una figura de autoridad como lo hacía con sus padres.
En ambos casos la solución es la misma, tendréis que mejorar vuestra comunicación, expresar desacuerdo y las necesidades de ambos. Aprender a negociar y/o mantenerse firme ante necesidades y prioridades. Por último, debéis aprender a preciar el conflicto como un factor de crecimiento de la pareja y no de división.
Miguel, en ocasiones, las pequeñas mentiras pueden sernos tan dolorosas como una gran falsedad. El hecho de sentirlo así, es comprensible y respetable. Solo piensa que ella ha de sentirse de una manera similar para no ser franca contigo.