No hay mejor desprecio que no hacer aprecio 

Aislar, incomunicar o provocar el "vacío social" o incluso familiar a una persona forma parte de la forma de actuar de las personas tóxicas. Personas con escasos recursos emocionales que compensan sus frustraciones y debilidades minando la autoestima de los que no comparten su forma de ver la vida.

TERAPIA FAMILIAR INTEGRAL

Ya dice sabiamente el refranero español eso de "no hay mejor desprecio que no hacer aprecio", y es que, supongo que siendo prácticamente un rasgo inherente en el ser humano la necesidad de sentirse apreciado (reconocido, estimado por nuestro mérito, con sentimientos de afecto) parece claro que el desprecio comprende en sí mismo una de las formas más dañinas y crueles que se les puede realizar a aquellas personas que de manera natural buscan el afecto a su alrededor.

Este es uno de los motivos que lleva a muchas personas de escasos recursos emocionales a utilizar esta herramienta como aislar, incomunicar o incluso dañar la autoestima de aquellos que consideran que se han ganado su desprecio. 

Para este tipo de personalidades, las que disfrutan con estas tácticas sociales, el no hacer aprecio, ignorar, o provocar un vacío social o incluso familiar les parece lo correcto, lo natural. Para su mente, y según su forma de percibir la realidad responden de esta manera a actos que sin quererlo ser se convierten en ofensas personales que hay que remarcar constantemente.

Sembrando con este comportamiento un sentimiento de vacío, consecuencia lógica del aislamiento natural al que someten al sujeto, que pasa de pronto a convertirse en el objetivo a ignorar. 

No dejes que minen tu autoestima

Esta infravaloración constante y extendida en el tiempo llevará a la persona a un estado de ánimo depresivo, en el que como respuesta a los estímulos que ha recibido a lo largo del tiempo comienza a considerar que no necesita la atención de los demás, que no es merecedora de la estima de aquellos a los que trata de conquistar con sus actos.

Y en definitiva, comienza a brotar la semilla de la "falta de aprecio", una manera enrevesada, sí, pero muy efectiva de minar la autoestima de la persona. Así que si leyendo estas líneas sientes que alguna persona de tu alrededor está utilizando esta táctica, no lo dudes, y libérate.

Tu responsabilidad no es ganar el aprecio de aquellos que no te quieren, tu responsabilidad es saber elegir a las personas que van a compartir tu camino, personas que compartan tu manera de sentir, aquellas para las que tu sonrisa sea un don y no una característica peculiar, esas que hagan que tu luz brille con mayor intensidad y aléjate todo lo posible de aquello que te dañe, porque solo así evitarás el desprecio y las consecuencias de este.

Recupera el control de tu vida

Con el paso de los años he conocido a muchas personas que lo practican, almas tristes, para las que el sufrimiento de los demás produce una enorme alegría, que ya han perdido toda esperanza de experimentar el verdadero amor, la verdadera felicidad, esa que hace que se estremezca tu cuerpo con el sonido del mar, con el olor a hierba fresca, con la sonrisa o la mirada mágica de un niño.

Para estas personalidades, poco tengo que decir, para las de al lado, esas que lo sufren en silencio, solo les recuerdo que el mismo refranero nos dice 

No daña quién quiere sino quién puede".

Aleja de tu vida a las personas tóxicas, quiérete y valórate como mereces, porque tu has de ser el capitán de tu vida y en tus manos está el primer paso para acabar con esta situación emocionalmente negativa para ti.

Recupera el control y la voluntad y elige dejar a estas personas tóxicas en la cuneta del camino de la vida.